Ninguna de las Autoridades Competentes - tanto las que reiteradamente me denegaron la entrada en España en el transcurso de largos años como las que, benévolamente, me permitieron en 1978 visitar mi patria - jamás se dignaron explicarme cuál había sido el quid jurídico del asunto.

Creo sinceramente que la razón no era otra que "castigar" al hijo mayor de mi padre - de este modo dichas Autoridades Competentes se ensañaban con él, Virgilio de los Llanos Manteca, cuyas "fechorías" consistieron en luchar siempre contra la injusticia, la reacción y el fascismo, encarnados en el excesivamente duradero régimen franquista.

Y aunque - desde el punto de vista de las leyes de cualquier país civilizado - los hijos nunca son responsables de las conductas de sus padres, me consolaba el pensar que si, efectivamente, ese era el intríngulis del asunto, Virgilio había conseguido desde su lejana emigración una victoria más sobre los jueces impostores. Éstos jamás podrán regocijarse leyendo carta alguna en la que el precio de mi visado de entrada en España sea el que yo renuncie de mi padre, del que estoy orgulloso. "¡La VERDAD vale más que la PATRIA!" - dijo en su tiempo un célebre filósofo ruso.

En la corta parada del "Talgo" París-Barcelona en Port Bou - transcurridos 40 años - piso por primera vez tierra española, y el contacto físico con ella me trae a la memoria nítidos recuerdos de mi infancia, las imágenes de mis entonces jóvenes padres ¡Parecen estar a mi lado, como si jamás se hubiesen separado de nosotros!

Al escribir las páginas de este libro dispongo de materiales que pertenecen a nuestro archivo familiar y que - de manera muy lacónica - relatan las difíciles vidas de mis padres: Virgilio de los Llanos Manteca y Francisca Más Roldán.

¡Qué orgullosos deben estar todos estos papeles y fotografías - cuyo aspecto es lamentable por estar envejecidos por los años y los difíciles caminos recorridos - al ver con que respeto los tratamos en nuestra familia!

Virgilio

En la autobiografía de su puño y letra mi padre escribe:

Soy extremeño. Nací en Zafra en 1896... En 1923, como respuesta a la dictadura del General Primo de Rivera, ingresé en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Este mismo año contraje matrimonio con Francisca Más Roldán, joven artista de 19 años de la compañía María Guerrero Díaz de Mendoza. De este matrimonio nacieron mis tres hijos: Carmen, Virgilio y Carlos.

Por aquel entonces yo trabajaba en Madrid de apuntador de teatro y mis compañeros durante muchos años me eligieron Presidente de la Agrupación de apuntadores y directores de escena.

En 1929 fui uno de los fundadores de la "Federación de la Industria de Espectáculo público" (en el seno de la Unión General de Trabajadores) y fui elegido Presidente de la Federación...

El carnet Nº 1 de socio de dicha federación testimonia lo escrito.

... En el PSOE milité siempre en el ala izquierda y luché por la unidad de la clase obrera española. No tuve cargos en el Partido Socialista, pero sí actividades. Fui dirigente de un grupo de estudiantes de la FUE que actuaba en las luchas callejeras de aquellos tiempos. También dirigí un grupo armado compuesto por vocales del Jurado Mixto de la Telefónica, que cumplía misiones más definidas...

En el mes de febrero de 1934 en el Comité Nacional quedó derrotada la Ejecutiva que presidía Besteiro, la cual se negaba a seguir la vía insurreccional que desde la presidencia del PSOE le exigía Francisco Largo Caballero. La nueva Ejecutiva se encontró con la ausencia de fondos de la organización para la compra de armas. Ante semejante situación se me propuso, y yo acepté, participar con mi hermano pequeño Laureano en la expropiación de una cuenta en el Banco de España. Así lo hicimos y, con el dinero expropiado y algunos fondos complementarios, más tarde se pudieron comprar armas que, en gran parte, fueron enviadas a Asturias y sirvieron durante la insurrección armada de octubre.

Laureano Llanos Manteca con su esposa la artista Lola Lemos

Laureano Llanos Manteca con su esposa la artista Lola Lemos

En marzo de 1934, junto con Largo Caballero y otros camaradas, asistí al Congreso de la Unión General de Trabajadores que se celebró en Barcelona. Allí se acordó que yo saliese emigrado a Francia y luego a la Unión Soviética, para lo cual se me entregó una carta firmada por Indalecio Prieto en nombre de la Ejecutiva del PSOE y dirigida al jefe de la delegación comercial de la URSS en París...

En dicha carta se pedía a las autoridades soviéticas que acogiesen a Virgilio de los Llanos Manteca en el país del socialismo.

En abril-mayo de 1934, por causas aparentemente desconocidas, dicha petición fue denegada por el representante soviético y mi padre se vio obligado a regresar de Francia a España y hacer vida ilegal.

Si examinamos atentamente las fechas de la denegación veremos que sus causas no eran tan desconocidas. La Internacional Comunista - a través de la cual el PCUS dirigía el movimiento comunista internacional en aquella época - todavía seguía su línea política sectaria en la que no había sitio para otros partidos revolucionarios. El viraje político de esta Internacional se efectuaría en su VII Congreso en julio-agosto de 1935, viraje que permitió a todos los partidos comunistas del mundo llevar una política de creación de un Frente Único de la clase obrera y formación de Frentes Populares en las condiciones concretas de cada país.

Es decir, la carta firmada por Indalecio Prieto al Jefe de la Delegación Comercial de la URSS en París precedió en más de un año al VII Congreso de la Internacional Comunista, y los socialistas entonces todavía eran "personas no gratas" en el país soviético.

Octubre de 1934

En su autobiografía más arriba mencionada Virgilio escribe:

Cumpliendo lo que se me tenía prometido, el día antes del comienzo de la insurrección de octubre de 1934 recibí un telegrama en el que se me llamaba a Madrid. Aquí se me concedió el mando de uno de los cuatro sectores insurreccionales en que estaba dividida la capital. Amaro del Rosal - delegado y enlace del Comité Revolucionario y de Largo Caballero - me instruyó y todo el tiempo que duró la huelga estuve donde se me mandó...

La insurrección fracasó. Pero la batalla librada no había sido la decisiva. Era necesario reforzar las filas revolucionarias para marchar hacia nuevos combates.

Su primera emigración a la URSS

Virgilio de los Llanos Manteca, ahora ya reclamado por la policía por lo referente a la expropiación de la cuenta bancaria, por la participación en acciones del grupo armado de los vocales del Jurado Mixto de la Telefónica y por su intervención en los acontecimientos de octubre - ayudado por Rafael Vidiella y otros camaradas - cruzó ilegalmente en el mes de noviembre de 1934 la frontera hispano-francesa por el puesto de Port Bou.

Por indicación de Indalecio Prieto salió para la URSS con otros cuatro socialistas, también perseguidos por sus actuaciones.

El viaje estaba organizado por Elena Stásova - Presidenta del Comité Central de la Organización Internacional de ayuda a los revolucionarios (Socorro Rojo Internacional) y Miembro de la Comisión de Control de la IC - y por Ercoli (Palmiro Togliatti), miembro del Secretariado de la IC.

Con el triunfo en España del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 vino la amnistía. Virgilio no fue amnistiado y se le recomendó que permaneciese en la URSS.

El 25 de julio de 1936 mi padre embarcó en Leningrado para Londres. Una carta escrita el 31 de julio de 1936 desde el café D´Harcourt de París a un amigo residente en Moscú dice textualmente:

Querido R:

Estoy en París y esta noche salgo para España. No son estos momentos de hablar ni escribir. En España se pelea mucho y bien y yo voy a pelear...

Al llegar a Barcelona Virgilio se encontró con que, unos días antes - en virtud de la fusión de cuatro partidos obreros, entre ellos el PSOE - se había creado el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC). Rafael Vidiella le pidió trabajar en Barcelona en el nuevo partido.

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